Refrán parenético que aconseja en sentido literal lo que enuncia. En sentido paremiológico se usa para sancionar situaciones de inercia en que no se hace lo está al alcance de la mano bajo el pretexto de que se carece de ayuda: el refrán exhorta a hacer lo que está a la mano. Forma parte de los refranes que muestran cuán prácticos son los refranes ante las innumerables posturas teóricas: se concreta a instar a hacer lo que se puede. El refrán, por lo demás, combate el tópico popular de que el obrar está supeditado a la ayuda que se puede recibir de los demás. El vivir es asumido como un andar el propio camino.