Refrán popular que en forma sentenciosa significa que una vez asegurados unos buenos ingresos, el tendajón, se dejan venir nubes de pedigüeños y lambiscones, las moscas. Expresa la convicción, en efecto, de que el dinero atrae honores y caridades según aquello de "cuando yo tenía dinero, / me llamaba don Tomás; / ahora que no tengo nada, / me llamo Tomás no más". Variante: "arreglado al tendejón son las moscas" (F. 90 y 116).