Refrán popular de tipo exclamativo que se usa en sentido paremiológico para sancionar los abusos que alguien (a quien el refrán llama "el diablo") comete contra personas más débiles e incapaces de reacciones fuertes. Rubio encuentra en la tradición española otros refranes con el mismo sentido paremiológico como "bien sabe la zorra a qué palo se encarama" o "bien sabe la espina dónde hinca"