Refrán procedente de la arriería que sentencia que el arriero, sea bueno o malo, lo primero que hace es tender su cama para descansar de sus largas caminatas. En sentido paremiológico el refrán se refiere al hecho de que para todo ser humano lo primero es construir una casa donde descansar de la brega cotidiana. Se usa, por tanto, para aconsejar a alguien que tome precauciones para una vida estable. El arte verbal del refrán está fincado en la rima "ero" que, en el primer hemistiquio, se inserta incluso en forma de rima "al mezzo"