Dicho del mundo de la charrería que significa lo que enuncia. "Rayar", referido a caballos, significa la suerte de sentar al caballo sobre los cuartos traseros, como dice Santamaría, y cambiarlo, con un ágil movimiento de las riendas, arrancándolo antes o haciéndolo partir con violencia. Según Santamaría, "es prueba propia de los buenos jinetes; hacer parada en firme". El refrán, pues, dice que un caballo que no sirva para hacer eso, "que se vaya". Nada más. Tiene la forma de una sanción en que, desde luego, tiene lugar una personificación del caballo: no se puede pedir, en efecto, a un caballo que se vaya. Esta sanción es sólo una exigencia de la rima consonante que relaciona los dos hemistiquios de que consta. Variantes: "el caballo que no raya, que se vaya"(F. 49); "el caballo que no raya, que se vaya, y el que no hala de punta, para la yunta" (F. 105); "el caballo que no raya