Refrán cuyo sentido literal evidente sustenta un sentido paremiológico que lo hace aplicable a situaciones en que todos quieren mandar. El refrán aconseja que cada quien tiene que tomar su lugar puesto que en una sociedad es tan importante quien manda como quien obedece. Es un refrán ejemplo que está estructurado en dos partes la primera de las cuales es una prótasis que indica la circunstancia en tanto que la apódosis correspondiente está estructurada en forma de una pregunta: todo el conjunto es una parábola cuya interpretación se deja al interlocutor.