Refrán popular de tipo declarativo que, en forma casuística y ejemplar, se atiene al tópico de que las desgracias andan juntas. La imagen de un perro meando a alguien es el extremo de la desgracia. Este refrán se encuentra al final de una quintilla, tomada de la contestación de El jarocho veracruzano en una famosa polémica hace mucho tiempo habida entre escritores mexicanos y españoles: "Hombres, por antonomasia, / para que ustedes lo vean, / bien dice doña Pancracia: / Cuando uno está de desgracia / hasta los perros lo mean. Hay una variante del refrán que dice: "cuando uno está de malas, hasta los perros lo mean"