Refrán popular de tipo predestinacionista que significa lo que enuncia: hay que aceptar la calamidad que el destino depara. En este caso: abrir el paraguas. Tiene el mismo sentido paremiológico y la misma estructura que: "de que dan en que el perro tiene rabia, hasta que lo matan a palos"; "de que dice esta mula es mi macho, ha de ser macho la mula"; "de que Dios dice 'a fregar', del cielo caen escobetas"; "de que Dios dice "a dar", hasta las árganas presta, y de que quita, hasta rasguña"; "de que Dios dice a comer, hasta llueven chicharrones"; "de que el año viene bueno, como quiera que esté el surco". Es de los refranes predestinacionistas del refranero mexicano. Se atiene al tópico "cuando el destino habla, no hay nada que hacer". Se atiene al esquema "de que Dios dice X .. lo será".