Refrán popular que significa que las cosas que suceden de repente duelen menos que las que se van gestando e insinuando de manera lenta y durante mucho tiempo. Se atiene a un tópico más general como "de repente no se siente": el diablo entra aquí como personaje folclórico que, según la concepción popular, está siempre alerta. Hay rima consonante entre el primero y el segundo hemistiquios.