Refrán popular de la serie "dime" cuya estructura es como la de una adivinanza cuyo cuerpo central suele contener elementos que funcionan como indicios para que el destinatario de la adivinanza diga de qué se trata. Obviamente, hay un juengo de palabras entre junta y yunta: en la práctica, el refrán trata de buey al destinatario. Parte del supuesto, como ya hemos señalado, que las compañías, las costumbres en el comer, en el beber y en el vestir, las cosas que se dicen o se desean, son indicios que delatan el tipo de persona que se es. A propósito de este refrán, Rubio comenta que "es una grosería".