Refrán popular muy frecuente en el hablar mexicano que sirve para desdeñar veneraciones y subordinaciones inadecuadas. Indica, en efecto, que el ignorante rinde pleitesías a personas o cosas de poca valía. Tiene una enunciación exclamativa. Variantes: "el que no conoce a Dios, a cualquier santo se le hinca" (F. 12); "el que no conoce a Dios, a cualquier burro se le hinca" (F. 90 y 122).