Refrán popular que en forma de una declaración sentenciosa expresa lo que ya otros refranes mexicanos habían expresado. A saber: que las relaciones entre compadre y comadre, para que sean efectivas, deben implicar ciertos tipos de relaciones sexuales según aquello de que: "compadre que a la comadre no le anda por las caderas, no es compadre de deveras"; "compadre que a la comadre no le llega a las caderas, no es compadre de a deveras"; "compadre que no mueve las caderas a su comadre, no es compadre". De allí el sentido de este refrán.