Refrán popular de origen ranchero que, en forma exclamativa, asienta lo que enuncia. Su sentido paremiológico es que las relaciones entre los violentos, son violentas. Se usa, por tanto, para sancionar peleas de gente así. Variantes: "como nido de tejones: nomás los uñazos se oyen" (F. 70, 90 y 116).