Refrán popular, de origen ranchero, que en forma declarativa significa lo que enuncia. El refrán parte de una asociación muy frecuente en el refranero mexicano, ya señalada, entre la mujer y el caballo. Aquí se compara la avenencia femenina con su cónyuge a un caballo montado por un jinete que lo guía mediante una rienda. "Gallo, caballo y mujer, por su raza has de escoger" dice, por ejemplo, otro refrán.