Refrán popular que en forma exclamativa significa lo que enuncia: acabada la causa se acaba el efecto. Tiene el mismo sentido paremiológico que refranes como "muerto el perro se acabó la rabia"; "muerta Jacinta, que se mueran los guajolotes"; "muerta Jacinta, se acabaron los dolientes"; "Muerto el ahijado, se acabó el compadrazgo".