Refrán popular de tipo acústico cuyo uso argumentativo y sentido paremiológico está dado por la expresión "no hay que andarse por las ramas" que, enunciada en un estilo exclamativo, suena a interjección admonitoria: "¡no hay que andarse por las ramas". Como en los demás casos de refranes acústicos, el resto del refrán, aún perteneciendo a la misma imagen de la metáfora, sólo tiene función de ornato.