Refrán popular del tipo "no hay que" que funciona como un consejo y que significa lo que enuncia. Tiene el mismo sentido que refranes como "no confundas las enchiladas con los chilaquiles" o "no hay que confundir los sopes con las garnachas". En este caso se trata de no confundir el carbonato con la "espumilla" como se llama un tipo de polvo blanco que se extrae del lago de Texcoco.