Refrán popular de índole rural que aconseja estar siempre prevenidos en tiempo de aguas de la manera dicha por el refrán. El sentido paremiológico general, por lo demás, suena como una recomendación de actuar con prudencia con las personas aunque haya con ella de momento relaciones muy cálidas. Tiene antecedentes en la tradición paremiológica española. Hay rima consonante entre sus hemistiquios. Variantes: "no hay que dejar el zarape en casa, aunque esté el sol como brasa" (F. 131); "no hay que dejarse el zarape en casa, aunque esté el sol como brasa" (F. 48); "tu sarape nunca dejes, aunque el sol sea como brasa" (F. 105); "aunque veas el sol como brasa, no dejes la cobija en casa" (F. 12).