Dicho popular de índole vulgar que se suele aplicar a mujeres altivas y orgullosas. El refrán les aplica la imagen de palomas que duermen en las alturas y sentencia que echándoles maíz se bajan. Es decir, con dinero. Tiene la forma de una exclamación sentenciosa. Variante: "no le hace que duerman alto, que echándoles maiz se apean" (F. 35 y 116); "no le hace que vuelen alto, echándoles maiz se apean" (F. 126).