Significa lo mismo y tiene el mismo sentido paremiológico que el dicho "nunca las arañas mean, ni los pericos maman" que, de hecho, es una derivación de nuestro refrán. En primera instancia, significa lo que enuncia. En segunda, también este refrán se aplica a situaciones en las que alguien quiere meterse en cosas muy por encima suyo. Mejor que en ningún otro texto, aquí "araña" tiene aquí un sentido profundamente despectivo. Se aplica al individuo rastreo falto de todo que, por tanto, es equiparado a un bicho rastrero. El adverbio "nunca" sirve para dar al refrán un alcance universalizante y absoluto. Y, al contrario de lo que pasa en el referido refrán "nunca las arañas mean, ni los pericos maman", aquí embona perfectamente el segundo hemistiquio con el primero: la enunciación popular del refrán hace constar de dos octosílabos.