Refrán que censura andarle buscando mangas al chaleco, tres pies al gato y, en general, complicaciones a lo simple. El refrán pide optar por lo directo, lo franco y lo que está frente a las narices, en vez de darle vueltas. Se usa en situaciones que se complica inútilmente. Rubio atribuye su origen a una canción una de cuyas estrofas decía: "¿Para qué son tantos brincos / estando el suelo parejo? / Sépase usted señorita / que antes que me dejen, dejo". Es un refrán exclamativo y está basado en la figura de quien va en un carruaje. Tiene la estructura métrica de dos octosílabos. Parece que es esta estructura métrica la que determina el carácter secundario de esta forma frente a la variante que en vez de del metro culto "estando el suelo parejo" quiere la forma más vulgar y difundida "estando el suelo tan parejo". Variante: "¿para qué son tantos brincos, estando el suelo tan parejo