Frase gnómica que se usa en enunciación femenina a manera de excusa para aceptar los amoríos de alguien. Rubio lo explica así: "gracejada de alguna mujer guapa para dar a entender que es atractiva y seductora. Es decir: si me sigue usted, si me busca, si me enamora, es porque me lo merezco, porque soy bonita."