Dicho ranchero cuyo probable sentido paremiológico es que quien anda bajo el acicate tanto de las necesidades como de los problemas no tiene tiempo ni ganas de andar fisgoneando y menos para andar de enamorado. La selección del no muy usual vocablo "camelar" es por exigencias de rima. Se usa tanto en sentido de "mirar" como andar piropeando.