Refrán popular que reprueba, en sentido directo, la actitud de quien, en una situación conflictiva, se vuelve contra su propio bando. En sentido paremiológico se usa en situaciones de confrontación para censurar cualquier cambio de bando. Tiene la forma de una declaración sentenciosa en cuyo primer hemistiquio, un verso pentasílabo, viene la descripción de la situación sancionada; el segundo hemistiquio, en cambio, un verso eneasílabo, expresa la sentencia. El segundo hemistiquio fue en sus orígenes un probable verso octosílabo, el metro más natural del habla española, y debió decir: "es de falsos o rajones". "Es de rajones", en efecto, es una construcción que sigue la estructura de "es de falsos". Lingüísticamente no se requiere el "de".