El escritor y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, don Arturo Azuela, habla acerca de Juan Rulfo

Martes, 06 de Marzo de 2012
El escritor y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, don Arturo Azuela, habla acerca de Juan Rulfo
Foto: Academia Mexicana de la Lengua

“No era un amigo para platicar de cosas íntimas, de confesiones; pero de pronto sí se le escapaba algo conmigo. Para muchos era un ser un poco huraño, distante, hosco. Yo lo viví más cercano”. Así define don Arturo Azuela a Juan Rulfo en una entrevista donde también anuncia que acaba de terminar la “biografía cálida” del autor de Pedro Páramo, en la que narra 29 años de amistad literaria y de experiencias compartidas a partir de sus diversos viajes juntos y sus constantes encuentros vespertinos en la librería El Ágora.

Azuela manifiesta de este modo el afecto que le tiene al autor jaliciense y recuerda cómo se conocieron: "empecé a ser su amigo gracias a los fotógrafos Lázaro Blanco y Alejandro Parodi, quien también era actor. Me llevaron una noche a la Zona Rosa a platicar con él. Acababa de publicar Pedro Páramo". Entre los recuerdos que cabe resaltar están el de haber logrado que Rulfo participase en diferentes mesas redondas y conferencias en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y los viajes que realizaron juntos a Praga, Sofía, Bucarest, España y Sudamérica.

El también presidente del Seminario de Cultura Mexicana cuenta que intentó atraerlo hacia la Academia Mexicana de la Lengua pero "no iba a gusto. Era muy reticente a este tipo de organizaciones". La entrevista toca otros aspectos del autor de El llano en llamas como sus aficiones musicales, su preocupación por México y participación en algunas marchas de 1968, además de sus gustos literarios.

El título tentativo para la biografía es Juan Rulfo y sus prodigios y Azuela espera tenerla lista para 2013, no obstante, la culminación del proyecto responde más a la fraternidad que enlazó estas plumas prodigiosas de las letras mexicanas. “Siempre me estimuló, me ayudó. Me leyó con detenimiento, con paciencia, lo cual le agradezco mucho. No hacía críticas duras a mis trabajos, sólo llamadas de atención sobre ciertos aspectos. Con él aprendí muchas cosas; pero, sobre todo, su lealtad hacia la amistad”.

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