Prensa

En el principio fueron los cuadros costumbristas del siglo XVIII. En el siglo XIX, los artículos de costumbres. Para finales del XIX, la crónica se había convertido en un escrito periodístico–literario que narraba el presente casi en el mismo instante en el que ocurría.

Poco a poco, la crónica se consolidó como una de las formas de narrar la vida cotidiana del país, al mismo tiempo que dio lugar a la formación de grandes escritores y periodistas que fungieron como testigos de la historia.

Una compilación de textos de los grandes cronistas del siglo XIX y principios del XX, cuyas plumas recuperaron los importantes acontecimientos de nuestro país, son reunidos en el proyecto editorial La vida en México, coordinado por la investigadora Blanca Estela Treviño.

Dividido en dos volúmenes, editados por el INBA, Editorial Jus y la Universidad Autónoma de Nuevo León, la publicación muestra, a partir de un conjunto de textos literarios y periodísticos, los sucesos políticos, acontecimientos culturales, preocupaciones sociales, costumbres y tradiciones de la época.

El primer volumen, La vida en México (1812–1910), Noticias, crónicas y consideraciones varias del acontecer en la ciudad de México, reúne 54 artículos que muestran textos de 21 autores que ofrecen un panorama de la vida cotidiana en la capital. En este volumen, la investigadora destaca cómo la prensa fue un medio fundamental para la publicación de las crónicas.

Blanca Estela Treviño destaca el trabajo de Ignacio Manuel Altamirano, quien cultivó este género en los diversos periódicos que dirigió.

Ahí, comenta la también catedrática de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Altamirano daba cuenta de todo lo que ocurría en la ciudad de México en el transcurso de la semana.

En este tomo, que incluye textos publicados en folletos, revistas y periódicos editados en la ciudad de México, se pueden ver crónicas de autores como José Joaquín Fernández de Lizardi, Carlos María Bustamante, Guillermo Prieto, Francisco Zarco, Ignacio Manuel Altamirano, Manuel Gutiérrez Nájera, Justo Sierra, Ángel de Campo, Amado Nervo, José Juan Tablada, entre otros.

La vida a lo largo del país

En el otro tomo, La vida en México (1849–1909), Blanca Estela Treviño reúne 68 artículos que abarcan los acontecimientos sucedidos en los estados de la República, desde el Tratado de Guadalupe-Hidalgo hasta los últimos años del gobierno de Porfirio Díaz.

Este volumen, explica, tiene como propósito dar cuenta de determinados sucesos históricos que marcaron la vida de todo el territorio nacional, además de incluir textos de autores poco conocidos e incluso anónimos.

La especialista en la obra de Manuel Payno, destaca el trabajo de aquellas personas que, a pesar de la falta de espacios para su difusión, siguen escribiendo crónicas.

“No es que no haya cronistas, los hay, lo que no hay son espacios, cada vez hay menos para este género en los periódicos. Ahora parece que a los dueños de los periódicos les interesa más vender anuncios que vender literatura, las secciones de cultura han pasado a formar parte de unas mínimas páginas”, lamenta. Sin embargo, considera que una de las plataformas para hacer crónica podrían ser las nuevas tecnologías, siempre y cuando se utilicen como herramientas de trabajo, no como un “sustituto de la reflexión y del espíritu crítico”.

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