Leer no sólo ayuda a las personas a incrementar el intelecto, al conocer sobre otras culturas y personajes, es también para los escritores una herramienta a partir de la cual surgieron sus intereses, estilos narrativos o experiencias literarias. Fue a través de la mesa Los libros que me han cambiado, en el penúltimo día del Festival Letras en Tepic, como Élmer Mendoza, Evelio Rosero, Tedi López Mills y Pello Guerra hablaron de autores que fueron determinantes para comenzar la escritura.
Por ejemplo, Noticias del imperio, de Fernando del Paso, es para Élmer Mendoza el libro que considera fundamental en su estilo como novelista: “El 80 por ciento de los recursos que utilizo como narrador vienen de esa novela”, puntualizó el escritor.
Aunque también comentó que su infancia estuvo marcada por La historia sin fin, de Michael Ende, pues comentó Mendoza que a partir de ese acercamiento a la lectura pudo concebirse como un escritor. No quiso dejar de mencionar que fue un niño proveniente de un barrio en el que no se acostumbraba demasiado la lectura y las únicas que se hacían eran las de los cómics, pues el acceso a los libros no era tan amplio. Otro de los libros que tuvo acceso el autor sinaloenses es Veinte mil leguas de viaje submarino, de Julio Verne, pero consideró que el acceso a la lectura también es cuestión de suerte.
“Hay personas comprensibles y sensibles que no son lectores asiduos precisamente, pero han tenido otras experiencias en la vida que les han permitido abrir los ojos al mundo; sin embargo, la experiencia de un buen libro es un gran salto para encontrarse con lo que uno es”, señaló Élmer Mendoza.
BIBLIOTECAS MENTALES. Robinson Crusoe, de Daniel Defoe, es el título con el que Evelio Rosero sintió un impulso por escribir historias que emocionaran y causaran en los lectores la emoción por continuar la lectura en sus diferentes episodios.
“Fue como a los nueve o diez años cuando esta historia me hizo pensarme como escritor; ahí descubrí mi oficio y sentí la necesidad por escribir libros (...) sin lugar a dudas fue mi primera inclusión en la literatura”, agregó Rosero.
Aunque El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha también es una novela que considera fundamental para su desarrollo como escritor, pues recuerda haberla leído por primera vez a los 14 años y dos veces más a lo largo de su vida.
“Estas diferentes lecturas que he hecho de este libro universal en la literatura, me han permitido experimentar nuevos escalofríos cada vez que he podido adentrarme en sus historias (...) Ya en la adolescencia vinieron otros libros, como Crimen y castigo (de Fiódor Dostoievski)”, rememoró Rosero.
Por su parte, la reflexión de Tedi López Mills se enfoca a ordenar su mente como un espacio que alberga las bibliotecas: la primera con los libros que fueron base para inspirarse a la escritura, mientras las segunda es llamada como la “biblioteca imperfecta”, por tener los libros que todavía no se han podido leer. “Es difícil hablar de un libro único que me haya marcado, pero entre los varios libros que han influido en mi vida, está El retrato del artista adolescente, de James Joyce, pienso que ha sido un libro radical en mi vida y necesario para explicar mucho de mi trabajo como escritora”, explicó la escritora.
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