El 12 de junio de 1953 José Vasconcelos (1882-1959) leyó su discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua para ocupar la silla V. Vasconcelos fue abogado, político, escritor, educador, funcionario público y filósofo, también conocido como “El maestro de América”.
Para recordarlo recuperamos algunas de sus reflexiones sobre la enseñanza:
Al decir educación me refiero a una enseñanza directa de parte de los que saben algo, a favor de los que no saben. Me refiero a una enseñanza que sirva para aumentar la capacidad productora de cada mano que trabaja y la potencia de cada cerebro que piensa.
Los educadores de nuestra raza deben tener en cuenta que el fin capital de la educación es formar hombres capaces de bastarse a sí mismos y de emplear su energía sobrante en el bien de los demás.
La tarea de enseñar con humildad deja en vosotros una aureola, algo como la claridad que se desprende de una lección sencilla que eleva el alma y paso a paso la redime desde la condición pasiva de bestia hasta la altura dolorosa pero magnífica del hombre.
La ignorancia es la causa de la injusticia, y la educación, suprema igualitaria, es la mejor aliada de la justicia.
Maestro y tirano son dos términos que se excluyen. En cambio, libertador y maestro son sinónimos; por eso los pueblos libres veneran a sus maestros y se preocupan por el adelanto de sus escuelas.
Iguales somos todos los maestros. Entre nosotros no hay categorías, sino diferencias, y cada aspecto concurre a su propósito, y todo se suma en armonía de la enseñanza.
Maestros son quienes se apresuran a dar sin reserva el buen consejo, el secreto recóndito, cuya conquista acaso ha costado dolor y esfuerzo.
Si somos justos; si somos intransigentes con la maldad y enemigos jurados de la mentira; si no transigimos ni con la verdad a medias ni con la justicia incompleta, ni con la fama usurpada, entonces seremos verdaderos y ejemplares maestros.
Nada tiene, pues de raro, que hoy que la revolución de verdad ha triunfado, hoy que la justicia y el bien comienzan a abrirse paso, la nación vuelve los ojos a los maestros para pedirles que consoliden la obra tan a dura costa realizada, para pedirles que aseguren su porvenir.
Donceles #66, Centro Histórico, alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México, 06010.
(+52)55 5208 2526 Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.