A sus 64 años el filósofo mexicano Mauricio Beuchot es autor de una obra que ocupa un sitio de indiscutible importancia en la historia del pensamiento en lengua española.
Autor prolífico, de prosa clara y pulida, Beuchot se ha ocupado de todos los temas de la filosofía occidental. En los inicios de su carrera académica valiosos estudios sobre la lógica medieval y novohispana, dando a conocer a sus contemporáneos la riqueza de ese legado que nos es propio pero ignorado. En 1997 publicó una de las obras centrales de la filosofía iberoamericana contemporánea: Tratado de hermenéutica analógica. Este libro fue el detonador de un movimiento filosófico congregado alrededor de las líneas centrales del proyecto preconizado allí. Entre los extremos del univocismo y del equivocismo, Beuchot defiende la analogía como el principio de la hermenéutica, es decir, de la ciencia o arte de la interpretación. Esta idea, en apariencia sencilla, fue recogida por cientos de filósofos en todo el mundo para utilizarla en numerosas aplicaciones en los campos de la antropología, la psicología, la pedagogía, el derecho, la historia, la teoría literaria y la teología.
La hermenéutica analógica se opone al relativismo, el escepticismo y el nihilismo de nuestros tiempos. Frente a Nietzsche, que sostiene que no hay hechos sino sólo interpretaciones, Beuchot afirma que sí hay hechos y que aunque puede haber varias interpretaciones válidas de ellos no todas lo son por igual: unas lo son más que otras. O, dicho de otro modo, no se censuran las diferentes lecturas de los hechos, pero se las contiene, se las ordena y se las jerquiza sin imponer una sola como la verdadera.
Aunque la noción de analogía que rescata Beuchot es de origen medieval y, a fin de cuentas, aristotélico, la manera en la que él la ha recuperado le ha inyectado vigor y actualidad. En la cultura mexicana tenemos dos antecedentes de pensadores que dedicaron páginas brillantes al tema de la analogía: Vasconcelos y Paz. Pero el asunto va más allá de la interpretación de textos literarios. El rescate que ha hecho Beuchot de la analogía como una actitud ante los problemas a los que nos enfrentamos en cualquier campo tiene repercusiones en la manera en la que vivimos. La filosofía de Beuchot es una filosofía de la conciliación, de la mesura, del acuerdo. Una filosofía que nos previene de los extremismos y nos indica el camino hacia el diálogo constructivo y pacífico. Una filosofía para construir la paz dentro de la pluralidad.
Beuchot es un generoso erudito que ha trabajado infatigablemente por la cultura mexicana. Toda su carrera académica la ha hecho en la UNAM, primero en el Instituto de Investigaciones Filosóficas y luego en el Instituto de Investigaciones Filológicas. Sus alumnos y discípulos se cuentan por centenares. Beuchot es, sin duda, uno de los grandes maestros con los que ahora cuenta la nación.
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