Salvador Novo, un subversivo de los cánones impuestos

Martes, 15 de Julio de 2014
Salvador Novo
Foto: Letras Libres

Las crónicas de Salvador Novo López son ejemplo de que para escribir el género no basta tener capacidad en la descripción de acontecimientos y espíritu testimonial, se necesita además un bagaje cultural para lograr que precisamente esos hechos tengan relevancia, señala Gonzalo Celorio.

El poeta describe al integrante de Los Contemporáneos como un autor subversivo de los cánones impuestos en el momento que le tocó vivir; de amplia cultura, moderno, con humor, actitudes desafiantes y una personalidad muy significativa en la cultura mexicana.

Comenta que uno de sus libros más conocidos es Nueva grandeza mexicana, el cual tiene como base Grandeza mexicana de Bernardo de Balbuena, escrito 300 años atrás. Novo escribe una octava real (estrofa de ocho versos en decasílabos) a lo largo de muchos cantos, donde cada uno es un capítulo de la obra, y ahí menciona las características de la ciudad.

Lo que hizo Novo, explica Celorio, fue tomar a Balbuena para mostrar las particularidades de la ciudad que le tocó habitar. “Por ejemplo, cuando Balbuena habla de los coches tirados por caballos, Salvador Novo habla del automóvil y la velocidad; éste es uno de los libros más fascinantes que se hayan escrito de la ciudad de México”.

Como cronista, Salvador Novo “tuvo espacio en muchos medios de comunicación; incluso tuvo el papel inaugural de llevar sus crónicas a la televisión”.

En 1965 el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz nombró cronista de la ciudad de México a Salvador Novo, quien perteneció al grupo de Los Contemporáneos, mediante la revista que llevaba el mismo nombre y que tenían como objetivo modernizar la literatura con influencias europeas y norteamericanas.

Este movimiento estuvo compuesto por Jorge Cuesta, José Gorostiza y Antonieta Rivas Mercado, quienes innovaron con un flujo de la cultura de México y el mundo, a través del humor, pero con una actitud contestataria y crítica.

La prosa de Novo, con este bagaje, era moderna, desenvuelta, abundante, y eso me hace pensar que era un escritor que no se detenía mucho a corregir”, apunta Gonzalo Celorio.

Decía Salvador Novo que si una cuartilla le llevaba más de 15 minutos ya no era negocio, por eso el escritor apunta hacia el cronista como, posiblemente, el primer escritor profesional de la literatura mexicana, “lo que significa decir que él vivía de su escritura”.

Añade que esto lo llevó a desmentir el ánimo bohemio que tenía la literatura mexicana de la época, “es decir, lo llevó a ejercer su trabajo con rigor crítico, estudio y seriedad literaria”.

Entre sus crónicas destacan "La ciudad de México en 1867", "Los paseos de la ciudad de México", "Las Locas, el sexo, los burdeles", así como Breve historia de Coyoacán, de la que planeaba un segundo tomo, pero murió el 13 de enero de 1974 y no pudo hacerlo.  Y en poesía publicó XX PoemasPoemas proletariosUn poema o Poesías escogidas.

“Y aunque su poesía es muy importante, no constituyó una de sus preocupaciones, como en sus compañeros de grupo de generación, pero no por ello hay que dejar de lado su producción en verso, donde tiene grandiosas obras”, apunta Celorio.

Salvador Novo ocupó en 1952 la silla XXXII de la Academia Mexicana de la Lengua y obtuvo el Premio Nacional de Lingüística y Literatura. El 30 de julio se cumplen 110 años de su nacimiento y el 13 de enero fue el 30 aniversario luctuoso.


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