Las groserías son formas para expresar descortesía o faltas de atención y respeto. Muchas veces estas expresiones resultan ofensivas o no dependiendo de la sensibilidad del receptor, de su edad, el lugar donde nació y creció, su escolaridad, nivel social, sexo, etc. Por tanto, es difícil decir si una palabra es considerada una grosería o no. Podemos afirmar que son expresiones que se usan en contextos coloquiales, que tienen un carácter exclamativo, una función emotiva, que a veces se usan con tono festivo y que en otras ocasiones también pueden resultar ofensivas, pero no siempre. Igual que muchas voces que pueden definirse como insultos, en ciertos contextos no lo son. Tan es así que, por el contrario, pueden ser usadas también como expresiones de cariño, cercanía o camaradería entre los hablantes. Cabe mencionar que la idea que tenemos de estas expresiones depende de nuestra edad y otros factores, por ejemplo, de las costumbres y dinámicas de cada familia pues, mientras que en algunas no se permite usar ciertas palabras o expresiones por considerarlas vulgares, ofensivas, de mal gusto o malsonantes, en otras familias, las mismas formas pueden carecer de estas marcas o tener otras.