Se dice que la voz huracán es de origen taíno y que Cristóbal Colón la escribe en alguno de sus Diarios. Sin embargo, no he logrado encontrar el lugar en el cual esto ocurre. Solicito su ayuda.

Efectivamente la voz huracán es de origen taíno, pero no se documenta en los Diarios de Cristóbal Colón. La primera documentación que hemos encontrado se encuentra en Pedro Mártir de Anglería. En su obra De Orbe Nouo, se registra la palabra furacanes: […] has aeris procellas vti graeci tiphones, furacanes isti appellant (Pedro Mártir de Anglería, De Orbe Nouo, libro I, capítulo IV). Este texto se traduce como "A estas tempestades del aire, que los griegos llaman typhones, éstos las apellidan huracanes" (Pedro Mártir de Anglería, Décadas del nuevo mundo, libro I, capítulo IV, trad. Joaquín Torres Asensio, Madrid: Ediciones Polifemo, 1989). En esta obra, se explica que el término huracanes procede de los indios de los que está hablando, es decir, los de la isla Española, actual República Dominicana, zona de lengua taína.

En español, huracán se documenta en el capítulo X del Sumario de la natural historia de las Indias, de Gonzalo Fernández de Oviedo (ed. de José Miranda, México: Fondo de Cultura Económica, 1526/1950):

Asimismo, cuando el demonio los quiere espantar [a los indios], promételes el huracán, que quiere decir tempestad; la cual hace tan grande, que derriba casas y arranca muchos y muy grandes árboles; y yo he visto en montes muy espesos y de grandísimos árboles, en espacio de media legua, y de un cuarto de legua continuado, estar todo el monte trastornado, y derribados todos los árboles chicos y grandes, y las raíces de muchos de ellos para arriba, y tan espantosa cosa de ver, que sin duda parecía cosa del diablo, y no de poderse mirar sin mucho espanto.

En el capítulo IX, el anterior al citado, el autor especifica que hablará sobre los indios de la región que toca el mar del Nord, que actualmente conocemos como el Caribe, y el mar del Sur, es decir, el Pacífico. Tal zona, que ahora conocemos como Centroamérica, estaba habitada por indios taínos. En el siguiente fragmento, de la Historia general y natural de las Indias (ed. de Juan Pérez de Tudela Bueso, Madrid: Atlas, 1535-1557/1992), es más claro que Fernández de Oviedo habla de los taínos:

Así que, tornando a la historia, digo que, después que ahí llegó Colom venido de Jamaica, hobo una tormenta (que los indios llaman huracán), a los doce días del mes de septiembre, que derribó todas las casas e buhíos desta cibdad, o la mayor parte dellas. Mas, porque después, pasados algunos años, hobo otras dos tormentas o huracanes mayores, de que más largamente se dirá adelante, no diré aquí más en esto del huracán.

Bartolomé de las Casas, en Historia de las Indias (ed. de André Saint-Lu, Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1527-1561/1986), habla de la visita que el enviado real Juan Aguado le hizo a Cristóbal Colón en la ciudad de La Isabela, actual República Dominicana (región taína):

En este tiempo se perdieron en el puerto los cuatro navíos que trajo Juan Aguado, con otra gran tempestad, que es lo que llamaban los indios llamaban en su lengua huracán y ahora todos llamamos huracanes, como quien por la mar y por la tierra casi todos los habemos experimentado (Historia, capítulo 108).

Cabe mencionar que el vocablo huracán también existe en maya y se documenta en el Popol Vuh (trad. de Adrián Recinos, México: Fondo de Cultura Económica, 1960) como el nombre de una de las divinidades creadoras:

Entonces dispusieron la creación y crecimiento de los árboles y los bejucos y el nacimiento de la vida y la creación del hombre. Se dispuso así en las tinieblas y en noche por el Corazón del Cielo, que se llama Huracán.

Capítulos más adelante se menciona que esta divinidad participó en la destrucción del mundo a través del agua; con esto sabemos que el dios está relacionado con el significado de la palabra huracán:

Y esto fue para castigarlos porque no habían pensado en su madre, ni en su padre, el Corazón del Cielo, llamado Huracán. Y por este motivo se oscureció la faz de la tierra y comenzó una lluvia negra, una lluvia de día, una lluvia de noche.

Sin embargo, aunque esta voz se encuentre en maya, el primer libro de De orbe nouo, donde se documenta la primera aparición de huracán, se publicó en 1511, antes del descubrimiento y exploración de la zona maya que comenzaría en 1517. Pedro Mártir de Anglería, Gonzalo Fernández de Oviedo y Bartolomé de las Casas sólo usan la voz por la que nos consulta para referirse a las tormentas en las islas del Caribe y la zona sur de Centroamérica, donde estaban asentados los taínos. éstas son algunas evidencias que apuntan hacia el origen taíno de la voz huracán. Posiblemente las lenguas mayas también hayan tomado esta voz como préstamo del taíno.

Sin embargo, de acuerdo con el Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, de Joan Corominas (Madrid: Gredos, 1980-1983), no existe un consenso sobre el origen del taíno hurakán. Algunos estudiosos, como Alfredo Chavero y Lehmann-Nitsche, consideran que el taíno adoptó el vocablo de un dialecto maya. Por su parte, Georg Friederici concluye que este préstamo no estaría justificado y no es posible demostrarlo. Finalmente, el lingüista especializado en el estudio de dialectos caribes, Claudius Henricus de Goeje afirma que hurakán está relacionado con las voces ka-uri iualu "huracán, tormenta", de dialectos caribes, y que no existe relación entre el taíno y el maya.


Esta respuesta fue elaborada por la Comisión de Consultas de la Academia Mexicana de la Lengua.

Comparte este artículo

Más consultas

Conurbado


La palabra conurbado no está en el DRAE, pero es muy común. ¿Es correcta?

Ver más

Video/vídeo


¿Se escribe video o vídeo?
Ver más

Espondilitis y espondilosis


¿Cuál es la diferencia entre espondilitis y espondilosis?
Ver más

La publicación de este sitio electrónico es posible gracias al apoyo de:

Donceles #66,
Centro Histórico,
alcaldía Cuauhtémoc,
Ciudad de México,
06010.

(+52)55 5208 2526
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. 

® 2024 Academia Mexicana de la Lengua