Poema del día

Siete poemas para esta semana. Selección de Felipe Garrido

Domingo, 28 de Octubre de 2018
Por: Felipe Garrido

Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.

Lunes

Tu boca expuesta

Tu boca expuesta. Tu boca abierta. Tu boca de cadáver
Tu boca con el golpe en la punta de la lengua
Tu cueva Tu mentira
Tu sombra donde revientan los insectos
Donde se pudre el agua y aparecen palabras de ceniza
Una herida nació desde tu boca retratando otra herida
Una llaga se instaló en el corazón
para multiplicar tu llaga
Un ademán de hastío cayó como gota en el fondo
de las miradas que se oyeron
A criar empezaron las ratas dentro de todos los estómagos
A nacer las crías A tener hambre
A rayar las ciudades y buscar otros ojos

Dolores Dorantes (1973)
Querida fábrica
Conaculta, México, 2012

Martes

6
William, aprendí el significado de tu nombre al ver una
mosca asesinar a otra por la pata de un manatí:
el animal manco se acurrucó en mi cama.
No entiendo por qué regresaste,
William,
al puerto
a ver el hueco existente.
Hay un mar como un cuerpo sin agua.
Me pregunta papá sobre los juegos,
sobre las palabras que tienes en el álbum de tu cabeza;
en la bahía los portadores comienzan a subir a la nave.
Arribarás a las colonias en años,
primero sabrás cómo cuidar un cubo,
amarrar una piedra en tus zapatos para hundirte.

Fredy Villanueva (1995)
William
Premio de Poesía Joven
Alejandro Aura 2018
Elefanta Editorial, Secretaría de
Cultura de Ciudad de México,
México, 2018

Miércoles

31

Yo hace mucho sabía
por qué es la noche hermosa,
por qué contaba el viento
sus rebaños de estrellas,
de qué hablaban las flores
en el sendero aquel.
Yo hace mucho sabía
que la confianza es honda,
más honda que la angustia
de ser un ser de polvo.
Yo hace mucho sabía:
sólo el amor responde
al pesar de la muerte
y a la angustia que cubre
el divagar del mundo.
Lo importante es saber
por qué se vive
por qué se ama
y por qué se muere.

Enrique Maza (1929 – 2015)
Canto de tierra,
UAM, México, 1ª reimpresión, 2009

Jueves

El ojo del silencio

1
Esas nubes que viajan
sobre el techo de mi casa
y pasan de la arboleda al camellón,
vagan por el estanque,
y al poniente se pierden en su nácar,
deben de ser Dios.
Dios debe ser esta mano en mis cabellos,
mi propia mano,
y la parábola que se desliza
en el aire de mi recámara.
Pienso que Dios es esta música de flautas
columpiándose al norte de la arcada,
también es ese pájaro amarillo
asomado a la rama;
y el momento en que pienso todo esto,
es Dios,
más la palabra que lo nombra:
ese magnífico silencio.

Ethel Krauze (1954)
En Inédito diamante. 5 poetas mexicanas
Selección y prólogo de Eduardo Mejía
Ediciones Ikygai, México, 2018

Viernes

Árbol

A los señores Chidán

Yo he conocido a un árbol
que me quería bien.
Jamás supe su nombre,
no se lo pregunté
y él nunca me lo dijo:
cuestión de timidez.
Nunca vio mi silueta,
era ciego al nacer,
por eso a mí me quiso
lo mismo que yo a él.
Le dije muchas cosas
que a nadie más diré,
mas que a la vieja estrella
que alguna vez hablé.
Él estaba más cerca
yo palpaba su piel,
a él le dolía el tronco
a mí el tronco y la sien.
Un día lo perdí,
qué amor no perderé;
pregunté a sus hermanos
que debieran saber;
a los hombres que saben
nada les pregunté.
Acaso él me buscó
como yo lo busqué,
pero los dos andamos
tan torpes de los pies.
Cosas, terribles cosas,
que hoy quisiera saber.
Nunca me contestó.
¿Sería mudo también?
Como el árbol de Heine,
eso sí que lo sé,
movía la cabeza
oyendomé.

Pedro Garfias (1901 – 1967)
Pedro Garfias, poeta
Ayuntamiento de Guadalajara
1983 – 1985
Guadalajara, 1985

Sábado

Crepuscular

¡Fue una tarde! Los dos bajo una encina
que del monte en la cúspide se empina
sellamos nuestro amor.
Febo, alegre en el cielo sonreía
extrañado ante el cuadro que veía
de insólito color.
Tú, casi desmayada, ¿lo recuerdas?,
muy quedo me decías: "¡No me pierdas,
ten de mí compasión!"
Yo, loco, entre mis brazos te estrechaba
y tierno y cariñoso te besaba
con boca y corazón.
Poco a poco, la fiebre del deseo
que acrecía mi ardiente devaneo,
de ti se apoderó;
y ebria entonces, balbuciste: “Sea…”,
y el Astro-Rey su luminosa tea
en el cielo apagó.

Adolfo Bernáldez
El Parnaso mexicano (los trovadores de México)
Maucci Hermanos, México – Buenos Aires, 1905
José López Rodríguez, Habana

Domingo

Tres tonos

Tono I
Vuelvo a la isla
arrinconada
por el remolino
de nubes
en donde se ahogan
mis deseos.

Tono II
Luminosa
hacinada
mi soledad
tiene baños de lunas
verde y oro.

Tono III
Viene el alacrán a casa
juzgonea los cajones
se acurruca en el zapato acolchado
saborea los olores en un ritmo innecesario
duerme en mi misma cama
hasta hacerme suya.

Elisa Buch (1949)
Mirada infiel
en Casa de los horizontes,
antología poética
Taller de poesía Dolores Castro
1994-2003
Ediciones del lirio, San Juan Xalpa, 2003


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