Ignacio Padilla, “Escribo por amor y por venganza”

Sábado, 04 de mayo de 2013
Ignacio Padilla, “Escribo por amor y por venganza”
Foto: Academia Mexicana de la Lengua

Ignacio Padilla nació en la ciudad de México en 1968. Entre sus libros destacan: AmphytrionLa gruta del ToscanoArte y olvido del terremotoLa isla de las tribus perdidas y Los reflejos y la escarcha, de reciente aparición.

No son pocos quienes coinciden en que Ignacio Padilla es el escritor más talentoso de la “generación del crack”. Atenidos a los premios, hay más de una decena que avalan el trabajo del autor. Ex director editorial de Playboy y ex director de la Biblioteca Vasconcelos, hoy es el miembro más joven de la Academia Mexicana de la Lengua.

¿CUÁNDO EMPEZÓ A ESCRIBIR?

Escribo desde que leo. No tardé en descubrir mi necesidad por hacer que otros sintieran el mismo horror y maravilla que provocaban en mí ciertas lecturas. Escribo por amor y por venganza. En el espíritu napoleónico, egocéntrico y narcisista de todo niño que quiere ser creador de universos paralelos podía transformar mi existencia y hacer que el coyote se comiera al correcaminos.

IAN FLEMING USABA SUS NOVELAS PARA CIERTAS VENGANZAS PERSONALES. ¿LE SUCEDE LO MISMO?

Involuntariamente, con seguridad. He sido cruel en términos literarios, no con mis adversarios sino con mis amigos. Tengo una relación sadomasoquista con mis compañeros de ruta: Volpi, Urroz, Palou. Los he incorporado a mi trabajo con una crueldad y violencia que no sé porqué no acaban de reprocharme.

¿QUÉ QUEDA DE LA “GENERACIÓN DEL CRACK”?

Una sensación de gratitud y alegría por haber podido vivir la literatura como una actividad colectiva y de amistad. Hay además, una idea de venganza, porque cuando propusimos nuestro manifiesto fuimos hechos pedazos y creo que ahora el tiempo nos dio la razón. Por otro lado nos queda la frustración de que no pudimos dejar en claro que más que una generación, éramos un grupo de novelistas.

¿DICEN QUE SU ORIGEN ERA UNA ESTRATEGIA MERCADOLÓGICA?

Fue un juguete mercadológico pero en un sentido de broma, tan en broma como fue el boom latinoamericano, que fue acremente criticado por Miguel Ángel Asturias. La apuesta necesitó de un mercadeo que por cierto no funcionó. Las novelas del crack no fueron leídas sino hasta después del Premio Biblioteca Breve a Jorge Volpi.

ALGUIEN ME DIJO QUE ES EL MIEMBRO MÁS DIVERTIDO DE LA ACADEMIA MEXICANA DE LA LENGUA.

No soy el más divertido, soy el que más se divierte. Uno de mis grandes descubrimientos ha sido que la Academia está conformada por gente sabia y graciosa.

¿TIENE ALGÚN GUSTO CULPOSO?

No uno, muchos. Mi cultura musical es diversa con una deformación por la música mala, en particular la balada popular. Fui compositor y cantautor de canciones de protesta. Todavía me interesa la trova, aunque cada vez menos, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Caito, Guadalupe Pineda… y lo peor de todo es que canté en una estudiantina.

UN GUSTO CULPOSO LITERARIO…

Me gusta la novela negra y de espionaje. Bueno la novela negra ya tiene caché y es intelectual. Leí mucho a Taylor Caldwell y Morrist West, y me interesan las construcciones de escritores tan precarios de Michael Crichton. Pongo encima de ellos a John Le Carré que es la gran omisión de la Academia Sueca.

¿CUÁL ES SU CARICATURA FAVORITA?

La Pantera Rosa y El pájaro loco; hoy en día me parecen profundamente interesantes Los padrinos mágicos y Phineas y Ferb.

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