Así como Funes “no sólo recordaba cada hoja de cada árbol de cada monte, sino cada una de las veces que la había percibido o imaginado”, en el mundo novohispano existió un teólogo dominico que poseía una memoria prodigiosa: fray Francisco Naranjo, hombre discreto, humilde y modesto, a pesar de su sapiencia, fraile al que le bastaba leer los textos una vez para nunca olvidarlos.
Fray Francisco Naranjo impartió clase en el convento de Santo Domingo de Puebla y en el Convento Mayor de Ciudad de México. En dos ocasiones concursó para obtener las cátedras de teología en la Real y Pontificia Universidad de México, pero no las obtuvo, a pesar de haber recitado párrafos enteros de la Suma teológica, de Santo Tomás de Aquino, y de dictar a distintos amanuenses Los libros de las Sentencias, de Pedro Lombardo.
Además de su portento de memoria, Beuchot destaca que el fraile es importante porque escribió una obra teológica en español y no en latín, a la usanza de la época, que alguien sustrajo de la biblioteca del noviciado del convento de Santo Domingo, por considerar que “no debían estar en lengua vulgar materias tan altas”.
Durante mucho tiempo el manuscrito estuvo perdido; sin embargo, Beuchot tuvo la fortuna de encontrarlo en la Biblioteca Nacional de México, cuando se encontraba instalada en el ex convento de San Agustín, ubicado en la esquina de República de Uruguay e Isabel la Católica. A lo largo de su exposición, Beuchot describe cómo localizó el Comentario a la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino, título de la obra.
La Academia Mexicana de la Lengua continuará con sus trabajos vía telemática. Puede ser consultada a través de su página web (academia.org.mx), Twitter (@AMLengua) y Facebook/AcademiaMexicanaDeLaLengua.
Acerca de Mauricio Beuchot
Estudió en el Centro de Estudios de la Orden de Predicadores. Es licenciado en Filosofía por la Universidad del Valle de Atemajac; maestro y doctor en la misma materia por la Universidad Iberoamericana. Ha realizado diversos estudios en la Universidad de Friburgo, Suiza. Su principal área de estudio ha sido la hermenéutica, así como la filosofía medieval y novohispana, filosofía del lenguaje, filosofía analítica y estructuralismo. De 1979 a 1990 fue investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, y desde 1990 es investigador del Centro de Estudios Clásicos del Instituto de Investigaciones Filológicas de la misma universidad. En el Centro de Estudios de la Orden de Predicadores ha impartido clases de lógica (clásica y simbólica) y metafísica tomista. Actualmente imparte la cátedra de semántica y filosofía novohispanas en el posgrado, y coordina el Seminario de Hermenéutica del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM. Ingresó como miembro de número a la Academia mexicana de la Lengua el 21 de mayo de 1998, con el discurso titulado La filosofía y el lenguaje en le historia.
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