"La gramática nada tiene que ver con la discriminación": Concepción Company

Lunes, 04 de Diciembre de 2017

Por Reyna Paz Avendaño en Guadalajara

"El género masculino no significa hombre, significa que es indiferente al género. Si digo todos tenemos sentimientos yo no me siento excluida, pero si digo todas tenemos sentimientos el que discrimina es el femenino, nos tiene que entrar en la cabeza, gramaticalmente el género que discrimina es el femenino”, comentó la filóloga Concepción Company Company ayer durante su conferencia "¿Es sexista la lengua española?".

En el marco de la 31 edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la también miembro del El Colegio Nacional y de la Academia Mexicana de la Lengua destacó que la gramática es ajena a la valoración social. “¿No hacer distinciones de género hace sexista a quien no las hace? ¡No! ¿Hacer distinciones implica mayor respeto hacia la mujer? ¡No! ¿Qué me digan arquitecta es igualitario? ¡No! ¿Qué celebren el día de la mujer genera igualdad? ¡No!”.

Es un hecho inobjetable, agregó, que todas las sociedades discriminan, que discriminación y poder van de la mano, y que la mujer ha sido motivo de discriminación por siglos, realizada desde muchos ángulos y en muchos ámbitos.

La filóloga también dio algunas cifras de la representatividad de la mujer en México, específicamente de las instituciones a las que pertenece.

“Empecé (la contabilidad) en el año de 1941 al 2017, hay 12 % mujeres contra 88% de hombres en la UNAM. Las mujeres Honoris causa de la UNAM que empezaron a darse en 1910 no llegan al 11 % frente al 90% de hombres. En la Academia Mexicana de la Lengua, que tiene 140 años, somos 4.23% y en El Colegio Nacional es 3.7% desde 1943 a la fecha”.

¿Qué tiene que ver la gramática con esta discriminación?, para la especialista de la lengua, la respuesta es nada, y ¿qué tiene que ver el discurso con la discriminación? mucho, dijo, porque gramática y discurso son aspectos muy distintos de la lengua.

“Desde hace cuatro años las secretarías de Estado en México han emitido manuales de uso correcto para darle visibilidad a la mujer, basados en el hecho de que piensan que la redacción de los textos es androcéntrica, es decir, que el eje es el hombre y entonces reprueban aspectos de decir algo como 'todos tenemos sentimientos' porque están excluidas las mujeres”, dijo.

Como ejemplo, señaló que si alguien pregunta ¿cuántas hijas tienes?, “sólo voy a referirme a las hijas, pero si digo ‘hijos’, entran hombres y mujeres. Es decir, hay un problema de confusión de género y sexo”.

En aras de esa igualdad, añadió Company Company, ha habido una imposición oficialista que ha llegado a tal punto de que algunas constituciones de Hispanoamérica “han sido reescritas su total en aras de la igualdad de sexo, ojo, no es igualdad de género”.

La especialista citó la página 89 de la Constitución de Bolivia, en donde se redactó que para llegar a un puesto de representación popular están incluidos los bolivianos y bolivianas y puedan ser presidente o presidenta, contralora y contralor, ministros y ministras.

Además dio ejemplos de los manuales de la Secretaría de Gobernación de México en donde señalan que hay que decir ‘los maestros y las maestras’ y no ‘los maestros’, ‘el profesorado’ y no ‘los maestros’, hay que preguntar ‘¿cuántas hijos e hijas tiene usted?’ y no ‘¿cuántos hijos tiene usted?’, ‘la juventud en edad de votar’ y no ‘los jóvenes en edad de votar’, ‘notificar a la persona interesada’ y no ‘notificar al interesado’.

“La gramática, el hablante y la sociedad funcionan en total solidaridad, se necesitan, pero se trata de una solidaridad enfrentada día a día porque en ese funcionamiento necesario cada una aporta ángulos distintos del engranaje. La estructura gramatical es neutra e indiferente a asuntos de discriminación, no le caben adjetivos de bueno ni malo, correcto o incorrecto”, precisó.

Company Company dijo que a las personas importa mucho la valoración que hace el otro de nosotros. “Somos seres valorativos y la estructura gramatical cambia después de que cambian las sociedades. No es al revés. Primero se hacen cambios políticos, sociales y culturales, después de tres generaciones eso llega a la lengua”.

La lengua otorga identidad, dijo, “y la identidad es definida en el diccionario como conciencia de ser uno mismo y distinto de otros, es decir, me contrapongo contra el otro, por lo tanto ser mujer es no ser hombre. También porque la lengua es una actividad cotidiana que atraviesa la vida de cualquier ser humano.”

Company Company precisó que hay una creencia de que la visión del mundo de un pueblo está metida en la gramática, lo cual es parcialmente cierto, pero la gramática es neutra, arbitraria y convencional, de lo contrario, no seríamos seres simbólicos.

“No hay ninguna relación entre lo que significa una palabra y cómo suena esa palabra, eso permite varias cosas, por ejemplo, en latín pater no era el padre biológico, ese era el genitor. Pater era como el padrino, entonces el genitor se desapareció con el cristianismo y el pater asumió la responsabilidad de mantener a los hijos que había procreado”.

¿Por qué no escribir lxs o l@s?, se le cuestionó. “Porque eso es impronunciable” respondió.

“Me parece que le está quitando a la lengua oral un rasgo fundamental que lleva desde que la lengua es lengua, desde hace unos 200 mil años la primacía biológica e histórica de las sociedades que viven en la oralidad. Para aprender a hablar no necesitamos pasar por la escuela, pero para aprender a escribir sí, entonces están privilegiando la escritura no cómo lo pronunciamos”.

De las 6104 lenguas inventariadas en el Instituto Max Planck, finalizó, menos del 100 tienen escritura, “¿cómo hace esa igualdad en la oralidad?, ¿cuál es el porcentaje del mundo que tiene el privilegio de las redes, en donde vemos escrito ‘lxs’ y ‘l@s’?”.

Para consultar la nota original, visite:

http://www.cronica.com.mx/notas/2017/1054683.html


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