En el fondo de la escena, el escultor enamorado de su obra, el que gritó: “¡Habla!” a su Moisés, no puede apartar la vista de tanta perfección.
A pesar del silencio del mármol el mancebo entabla un diálogo misterioso con algunos de los que admira. Ese diálogo camina por los rumbos de la creación artística que es, ya lo decía Marx, “una dimensión esencial de lo humano”. Hay en él un susurro sobrenatural y la admiración por ese momento dorado de la humanidad que fue el Renacimiento. En él participamos todos, pero la voz predominante tiene la humildad del trabajo pastoril.
Yo quería nada más mi anhelo era alabarte me contentaba la sola idea de ser guardador de mi ganado que es el tuyo Como tú sólo deseaba pastorear a mi rebaño llevarlo a lo más alto del otero y trashumar la dehesa en otros verdes.
La rogativa final del libro se dirige a Sabaoth, el Señor de los ejércitos.
Porque yo te conozco y amo demasiado y en Ti templo mi espíritu sé que Tú no eres el Señor de los ejércitos y de ninguna manera estás de acuerdo en que se mate a nombre tuyo ni de nadie.
Porque tú me conoces y amas demasiado y ardes con el fuego de estos versos y pulsas cada intención latida por mi sangre sabes que yo iré tras mis contrarios por mi cuenta por mi cuenta por mi solitaria cuenta
En el mundo se va reduciendo y los misterios se entregan a quien tiene la virtud de la simplicidad.
Tú no tienes misterios para mí Señor eres tan tierno y pastor bueno y niño con rebaños nuevos
que te miro estar ir y volver tras la invisible comba que salvan las ovejas en el tráfago de claridad umbrosa que tiembla con mi alma
ahora que la luz levanta y sienta precedente.
Muchas gracias Juan, por este libro de alabanzas, reflexiones y ruegos. En él nos dices que la poesía es una oración lanzada a la rosa de los vientos. Por eso Díaz Mirón, con intensidad postromántica, la llama “radioso Arcángel de ardiente espada”, la espada que sella los labios del profeta, el fuego que arde en el alma de las palabras. Para leer la nota original, visite: http://www.jornada.unam.mx/2015/01/25/sem-bazar.html
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