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Los acrónimos son un tipo particular de sigla; se caracterizan porque se pueden leer tal como se escriben, como una palabra plena, y no necesitan deletrearse: [conacúlta], [conábio], etc. Los acrónimos, como MORENA, se pueden escribir tanto enteramente en mayúsculas (MORENA) como sólo con mayúscula inicial (Morena).

En ocasiones más específicas, se escribe enteramente en minúsculas, cuando se convierten en sustantivos comunes (ovni, sida); estos acrónimos se convierten en palabras, equivalentes a sustantivos o nombres propios o comunes. El proceso es gradual y se ve favorecido por la progresiva falta de reconocimiento por parte del hablante de su condición de siglas. Así, por ejemplo, láser es ya una palabra plena puesto que los hablantes, en general, desconocen la expresión compleja originaria de la que se formó, Light Amplification by Stimulated Emission of Radiation. Son pruebas de que actualmente la vemos como un sustantivo común la acentuación de la voz conforme a las reglas del español y que la escribimos en minúsculas.

En cambio, hay acrónimos que no se encuentran lexicalizados por completo. Como la lexicalización es un proceso gradual, es normal y frecuente que convivan durante un tiempo el uso de las grafías íntegramente en mayúsculas (como siglas) con las grafías en minúsculas (como acrónimos lexicalizados): UNICEF o Unicef, UNESCO o Unesco, etcétera.

Por lo tanto, es correcto escribir algunos acrónimos en mayúsculas, cuando se destaca su condición de siglas (CONACULTA, CONABIO), o como palabras lexicalizadas, en minúsculas y con la inicial en mayúscula, ya que se trata de nombres propios (Conaculta, Conabio).

Debe tomarse en cuenta que sólo las siglas que son acrónimos pueden escribirse enteramente en mayúsculas o en minúsculas con mayúscula inicial. Aquellas siglas formadas por letras que necesitan ser leídas por deletreo, como FBI [éfe.bé.í], DVD[dé.bé.dé], ONG [ó.éne.gé], etc., deben escribirse únicamente en mayúsculas.

Finalmente, la Ortografía de la lengua española, de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española (Madrid: Espasa Libros, 2010), señala que en la publicidad y el diseño gráfico, se emplean todos los recursos lingüísticos y gráficos a su alcance, lo que implica, en ocasiones, la transgresión a las normas que regulan el uso común del lenguaje. Es común el uso de mayúsculas o minúsculas injustificadas, como es el caso de morena. En general, estos usos desviados, siempre que se apliquen con sentido y mesura, son admisibles como recursos expresivos o estilísticos. De igual manera, la anomalía ortográfica del logotipomorena, desaparece en el interior de los textos, donde recupera su mayúscula preceptiva: Denuncian campaña ilícita del abanderado de Morena.