Poema del día

Siete poemas para esta semana. Selección de Felipe Garrido

Lunes, 19 de Marzo de 2018
Por: Felipe Garrido

Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.

Lunes

Lo que veo

Veo los espejos del Espíritu
enganchados
en el oscuro labio de la virtud.
Veo racimos de impactos
depositados entre el follaje
de la serenidad hipnotizada.
Veo la escritura de murmullos,
la caligrafía de las cosas,
el hondo rasgo
de un ampersand entre dos nombres.
Veo larvas, pipas
y tenedores junto
a enciclopedias turbias.
Veo la mugre y la belleza esbelta
de una botella labrada
y el laberinto de una alfombra.
Veo rutas abandonadas
y caminos iluminados por la codicia.
Veo los reflejos y las curvaturas,
el irregular cuerpo de letras
de un poema, los pozos instantáneos
de un espasmo, las aguas envolventes.
Veo tus brazos en la delgada luz
del mundo atardecido
y el consuelo de tus labios
sobre el azul despliegue de los fenómenos.

David Huerta (1949)
La música de lo que pasa
Conaculta, México, 2004


Martes

Naturaleza muerta

Como un jarrón
que vive quebrado
y nunca se despedaza bien.
El agua se va colando
de tal modo que, día con día,
al levantarlo, se ve
desde la superficie
que algo, poco,
se ha ido para siempre.
Un frutero vacío,
al lado, aguarda,
un tenue cordón de plasma
que nos une,
que nos clava
en un doblez de la memoria.
Afuera sólo queda el agua
que apesta en la ranura del jarrón.
Me conformo. Distingo
una casa, el jardín, la fruta:
la puerta inmensa,
el vivir desesperado por un sorbo familiar,
llevando el cuadro de horror adentro,
la naturaleza muerta.

Pura López Colomé (1952)
Intemperie
Ediciones Sin Nombre / Juan Pablos Editor
México, 1997


Miércoles

Tu cuerpo está a mi lado

Tu cuerpo está a mi lado
fácil, dulce, callado.
Tu cabeza en mi pecho se arrepiente
con los ojos cerrados
y yo te miro y fumo
y acaricio tu pelo enamorado.
Esta mortal ternura con que callo
te está abrazando a ti mientras yo tengo
inmóviles mis brazos.
Miro mi cuerpo, el muslo
en que descansa tu cansancio,
tu blando seno oculto y apretado
y el bajo y suave respirar de tu vientre
sin mis labios.
Te digo a media voz
cosas que invento a cada rato
y me pongo de veras triste y solo
y te beso como si fueras tu retrato.
Tú, sin hablar, me miras
y te aprietas a mí y haces tu llanto
sin lágrimas, sin ojos, sin espanto.
Y yo vuelvo a fumar, mientras las cosas
se ponen a escuchar lo que no hablamos.

Jaime Sabines (1926-1999)
Recuento de poemas 1950 / 1993
Joaquín Mortiz, México, 199


Jueves

La mujer de humo

Hombre que me besas,
hay humo en tus labios.
Hombre que me ciñes,
viento hay en tus brazos.
Cerraste el camino,
yo seguí de largo;
alzaste una torre,
yo seguí cantando…
Cavaste la tierra,
yo pasé despacio…
Levantaste un muro,
¡yo me fui volando!
Tú tienes la flecha:
yo tengo el espacio;
tu mano es de acero
y mi pie es de raso…
Mano que sujeta,
pie que escapa blando…
¡Flecha que se tira!
(El espacio es ancho)
Soy lo que no queda
ni vuelve. Soy algo
que disuelto en todo
no está en ningún lado.
Me pierdo en lo oscuro,
me pierdo en lo claro,
en cada minuto
que pasa… En tus manos…
Humo que se crece,
humo fino y largo,
crecido y ya roto
sobre un cielo pálido…
Hombre que me besas,
tu beso es en vano…
Hombre que me ciñes,
¡nada hay en tus brazos!

Dulce María Loynaz (1902-1997)
Canciones de amor y dudas
Selección de José María Plaza
Ilustraciones de Antonio de Felipe
Ediciones SM, México, 2000


Viernes

Herencia

La ceniza que seré
seguirá hablando al viento
al agua, a la tierra, al fuego.
A ellos heredo mis lágrimas
y mi risa,
pero más mi risa.
esta no es una despedida.
Es, a penas,
el comienzo
de mi viaje próximo.
Si al fin nos encontramos,
la mi Tonantzin aFabianada.
Un Pedro Páramo enternecido,
y él, mi capitán de las Estrellas,
si al fin nos abrazamos,
regalen flores al mundo.

Emma Rueda Ramírez (1947)
Herencia
Tintanueva Ediciones, México, 2016


Sábado

Libertad de pensamiento

I
Yo fui durante años, por propia voluntad
y estudios, a los archivos de la Santa Inquisición
de la Nueva España. Me empantané
en herejías y supersticiones,
en oraciones mágicas y bailes deshonestos,
en crímenes cortesianos y judaizantes.
Podría superar fácilmente la bibliografía
especializada. He visto confesiones y delaciones
firmadas con la sangre de los inocentes,
he visto marcas de fuego en la abierta
libertad de los libros, el mal amor,
la maldad, la cobardía y el miedo,
el falo ofrecido a la Virgen
y la dogmática embriaguez.
He visto el delirio y la perversión de la fe,
el juramento falso y la crueldad,
el empecinamiento y la fortaleza.
Yo podría contarles muchas historias,
como don Artemio de Valle-Arizpe.
Pero prefiero callar este borrón puerco
de los hombres o sacar una lección de pudor
y respeto para el pensamiento de mis hijos.

II
Y yo que quería escribir lo que me viniera
en gana, como un hombre, y ellos me dijeron
que eso era pura mariconería, que las ideas
debían ser revisadas. Yo les dije que la poesía
se escribía con palabras y que la política,
sin ideas. Y me dijeron (los muy sabidos)
que el tipo ése se pasó la vida abanicándose
con los abanicos de Mme. y Mlle. Mallarmé, y
que todo eso me iba a pesar, porque instalarían
la dictadura del bien, perfecta e infalible.
Y a mi hermana la monja la dejaron desnuda
en plena calle y a mis niños les dieron un silabario
perfecto, intolerante, sin elogio de la locura.
Yo no tengo nada contra los negros ni contra
la repartición de la tierra; pero no estoy
conforme con la sumisión de las letras negras
de la imprenta ni con el despilfarro de balas
rojas de odio. El capitalismo está sentenciado.
Yo moriré con él, dicen, y muchos más morirán.
¡Pobres de nosotros, y sin haberlo gozado!

Ernesto Mejía Sánchez (1923-1985)
Material de lectura. Poesía moderna. 137
UNAM, México, 198


Domingo

De “Canciones sin palabras”

II
Rosas rosas del alba:
sangre transpira
el color de la noche
que lento expira.
Palomas cenicientas
beben la luna:
una oblea desolada
en la frágil bruma.
Corren locas las horas
a su martirio:
levanta el día su hoguera
para el suicidio.
Cruzan el aire pájaros
de campana:
ecos y luces tajan
piel de mañana.

Susana Francis (1928)
Desde la cárcel de mi piel
Fondo de Cultura Económica, México, 1967


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