Poema del día

Siete poemas para esta semana. Selección de Felipe Garrido

Lunes, 09 de Septiembre de 2019
Por: Felipe Garrido

Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.

Lunes

Hospedaje

Ésta es tu casa,
la puerta abierta al sol de la azotea.
Ésta es tu cama, abierta a mi tibieza.
Ésta es la noche: el café, el cigarrillo,
la charla de sobremesa.
Aquí estamos los dos.
Me amas y me besas.
Muerdes la tensa carne de mi espalda.
Te ofrezco dura y madura una manzana,
el vértice roto de mis muslos.
Se nos queda el sueño entre los brazos,
se oye afuera
el terco descender de la escalera.
Mañana será otro día.
El jabón, el cálido aguacero de la ducha,
la calle, el parque, las campanas.
Ésta es la noche nuestra.

Margarita Villaseñor (1937-2011)
En Las avenidas del cielo. Muestrario
poético de Aguascalientes y Guanajuato
Benjamín Valdivia, editor.
Metepec, Estado de México, 2018

Martes

Palabra sola

Es Saúl tu hijo
el que habla
el que ahora ve esa línea
que tan recta de lejos
nos parece.
Mi mano no es la mano
del niño que escribía
aquellas frases con su cuota
de banderas y colinas.
Ni mi boca es la boca
que inventaba
fórmulas extrañas
donde acostar los sueños.
Mi boca padre
es solamente un par
de duros y oprimidos
labios que piensan.
El momento es éste
de saber
dónde está
el sol antiguo de las cosas
el sol profundo el mismo
de las tardes y los años
el calor dorado que no siempre
poníamos en todo.
Pienso que hablamos muy poco
que debí retener
por más tiempo tu mano
que gritaste hacia la noche
y que estabas solo.
Pienso que no supe tener
mi corazón atento
que no he sido lo bastante ágil
para buscarte alcanzarte detenerte.
¿Qué podría decirte ahora
si estuvieras levantando tu guitarra
ese árbol claro
sostenido con silencios
con pájaros que esperan
tus mágicas señales?
Pienso
que para qué seguir pensando
que es la hora
de la fruta
no del llanto
la hora de empezar
el trabajo con tu barro
no del llanto.
Pienso
que es la hora sencilla
del alma o de la carne
que viene vestida
con tu único traje.
La hora padre
en que no sé
cómo estar triste
porque nunca antes
te hablé de esta manera.

Saúl Ibargoyen (1930-2019)
Palabra por palabra
Axel Editora, México, 1979

Miércoles

Arte poética

Que el verso sea como una llave
Que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
Cuanto miren los ojos creado sea,
Y el alma del oyente quede temblando.
                Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
El adjetivo, cuando no da vida, mata.
         Estamos en el ciclo de los nervios.
El músculo cuelga
Como recuerdo, en los museos;
Mas no por eso tenemos menos fuerza:
El vigor verdadero
Reside en la cabeza.
        Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas!
Hacedla florecer en el poema;
Sólo para nosotros
Viven todas las cosas bajo el Sol.
        El poeta es un pequeño Dios.

Vicente Huidobro (1893-1948)
Antología de poesía
latinoamericana contemporánea
Selección de Piedad Bonnett
Norma, México, 2011

Jueves

Cada dolor…

Cada dolor tiene su sitio.
Pero a mí, a veces,
se me entristece el estómago,
se me deprimen las piernas.
Me lloran las fracturas expuestas.
A veces
necesito antiácidos para la memoria porque sí,
los recuerdos son úlceras,
llagas que sangran
y mi pus se debilita
se cansa la bilis de ser bilis.
Cada dolor tiene su sitio
pero a veces
me salen padrastros en el rabillo del ojo
y es inevitable
no querer arrancarlo
quitarlo con lo visto
con lo pertenecido
lo asido por los ojos.
Dicen
que cada dolor tiene su sitio
pero mis lugares
nunca son los mismos.

Leticia Cortés (1980)
En El viento y las palabras. Renovación
poética en Jalisco (autores de 1980-2000)
Compiladores: Xóchitl Ramírez / Jeannette
Guerrero / José Antonio Neri Tello
La Zonámbula, Guadalajara, 2014

Viernes

Cuando me gusta un hombre…

Cuando me gusta un hombre a primera vista
es porque se parece a alguien de mi familia.
            A veces veo a mi abuelo borracho entre sus cejas
o la luz apagada de mi primo.
Las pisadas del tío favorito y mis ojos detrás, sin hacer ruido.
En todos ellos,
la manzana de Adán
igual a la primera manzana que se clavó en mi espalda.
Las ganas de hablar muy hombre.
El caminar superior y prominente.
         Me les quedo viendo
como si con eso desatara la fantasía.
Y cuando me miran con su desprecio
me gustan más
porque así me miraba mi padre.

César Cañedo (1988)
Sigo escondiéndome detrás de mis ojos.
Premio Bellas Artes
de Poesía Aguascalientes 2019
ICA, INBA, FCE, México, 2019

Sábado

Súbete ya la falda

Déjame ver tus senos.
Ándale, que el pezón
asome su nariz sobre la barda
del corpiño.
Súbete ya la falda,
que tus piernas
desnudas, blancamente
retocen colocándose la media
poco a poco, hacia arriba, del deseo.
Arrima la cadera
como una luna llena
de miel para mi noche.
Arroja ya el vestido:
no le pongas cortinas a mis ojos,
quítale a mis pupilas telarañas.
Muéstrame en fin tu sexo,
el prólogo de tus células completas.
         Te invito a deletrear el infinito.

Enrique González Rojo (1928)
La nueva poesía amorosa de América Latina
Saúl Ibargoyen y Jorge Boccanera
Editores Mexicanos Unidos, México, 1980

Domingo

Como siempre cuando llueve

A mi hermana Costanza

En plata a gotas
la historia de la humanidad recorre los adoquines
los úteros se ensanchan
gimen
nada el renacuajo humano
se esconden las alimañas
enmohecen las moralejas.
En la lluvia el dormir me agota
me dejo ir
sola y acompañada a la vez
hombre y mujer
niña y anciana.
Me hago en la historia, me deshago en ella.
Soy la que jugaba con una pelota amarilla
la que desea formular una cultura de paz
la que te escribirá mañana.
En la lluvia pienso en ti
y tú que no estás, estás más presente
donde se esconde la noche
con expresión de melancolía.

Francesca Gargallo (1956)
A manera de retrato una mujer cruza la calle
UAM, México, 1990


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