Poema del día

Siete poemas para esta semana. Selección de Felipe Garrido

Lunes, 29 de Marzo de 2021
Por: Felipe Garrido

Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria

Lunes

El equilibrista

El equilibrista pasea gallardamente por el alto y tenso camino del alambre y monologa en silencio: 
–Un paso y otro y otro… ¿Cuántos?... Caminando solitario… Como en el aire… Y aquí en la altura… Y en línea recta (no hay otra)… ¿De este a oeste o viceversa?... ¿De norte a sur o viceversa?... Ya no recuerdo… Sólo sé que estoy en el espacio de aquí arriba, el espacio que quise habitar desde niño cuando soñaba caminar en equilibrio y alto, muy alto, como si anduviese en el mero aire… E intento no recordar todas esas miradas de todos esos ojos envidiosos que me acechan desde allá abajo, los ojos cuyas miradas me acechan, tiran de mí, quisieran hacerme resbalar, trastabillar, perder el equilibrio, y quisieran hacerme caer, caer hacia allá abajo, ahí donde viven en su triste condición de hombres con los pies asentados en la tierra.

José de la Colina (1934-2019)


Cherubino

Amante ardiente y delicado, a las damas les quitaba la leve ropa interior con el mero y aún más leve soplo del suspiro.

José de la Colina (1934-2019)
Portarrelatos.
Ficticia, México, 2007.

Martes

Marzo vuela como un papalote azul

Marzo no es el momento, pero se la parece y tiene un lugar donde huelen los nardos y la medianoche.

En marzo se retorna al cuaderno amarillo y de él brotan los años y los sueños.

En marzo comienza a agitarse la naturaleza, se inicia la germinación y el Norte es el signo de los afanes.

En marzo el corazón de la almendra es dulce, y el viento es como un conejo entrando al cristal de la Luna y la Luna es como el justo sueño del mediodía del desierto. Y en el desierto de marzo el canto nocturno comienza al atardecer y dura ocho lunas, pero a la mitad despierta el búfalo y reparte sus beneficios.

Marzo se roba muchos días, los esconde en un pañuelo de tregua que después oculta en un rincón para ir a cobrarlos en cualquier mañana de agosto.

En Spachendorf se quema al muñeco de paja en el día de San Ruperto y un tizón encendido se debe atar al árbol más grande del huerto.

Marzo confunde, inflama vanidades, hace falsas promesas y se debe estar alerta para no trizar la imagen del espejo, pero marzo no es en vano y algunas tardes tiene la sonrisa y el alma de la joven hechicera y entonces vuela como un papalote azul en el sueño de un niño.

En marzo surgen las semillas de todos los meses y el silencio tiene la música de la corriente del Golfo.

Nada queda al azar en marzo cuando el aire y el fuego y la tierra y la mar se unen el día treinta y por un instante es la eternidad.

En marzo nieva lentamente en alguna parte y el enigma encuentra la respuesta que le indica tan sólo el misterio de lo porvenir.

Joaquín-Armando Chacón (1944)
El Norte y los meses (1991)
Gobierno del Estado de Chihuahua
Programa Cultural de las Fronteras
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Miércoles

No todo acaba

Todo comienza como una queja,
y con los ojos arrasados.
Martí

No todo acaba. Todo empieza,
como una queja. Todo empieza,
y con los ojos arrasados.
Ah, padre. El dolor engendra.
El amor duerme sobre una hoja.
Azul embeleso es el amor.
Rojo, como clavel que estalla
en la sombra, pálido, ardiente
es el amor. Todo empieza.
A trechos, rompiendo
la nublazón, la pena
de haber tanto esperado.
Amanecerá. Sabremos 
que la hora del duelo
ya habrá pasado, por esa
extraña dulzura.

Fina García-Marruz (1923)


El viejo son oscuro

Old shadowy sound.
Keats

Vida, agua rebrotando
bajito entre las rocas, ven,
lluvia, ven, borra estas letras
goterones lágrimas gotas
rebotando contra estas piedras
demasiado oscuras, contra estas
cavernitas grises en que
se quedan iris blancos
tuyos, míos, confundidos,
susurrando oscuro son.

Fina García-Marruz (1923)
Antología poética.
Editorial Letras Cubanas,
La Habana, 1997.

Jueves

Si muriera esta noche

Si muriera esta noche
si pudiera morir
si me muriera
si este coito feroz interminable
peleado y sin clemencia
alcanzara su colmo
y se aflojara
si ahora mismo
si ahora
entornando los ojos me muriera
sintiera que ya está
que ya el afán cesó
y la luz ya no fuera un haz de espadas
y el aire ya no fuera un haz de espadas
y el dolor de los otros y el amor y vivir
y todo ya no fuera un haz de espadas
y acabara conmigo
para mí
para siempre
y que ya no doliera
y que ya no doliera.

Idea Vilariño (1920-2009)
Esta triste claridad a ciegas. Mirada 
hacia la muerte en la poesía hispánica. 
Prólogo, edición y selección
de Juan Carlos Rodríguez.
Compilación de Dionisio Morales.
UNAM, México, 2003.

Viernes

Obertura

En el agua clara
pesca un pescador
peces de a mentiras
que imagino yo:
a veces con manchas,
pero a veces, no,
a veces con cintas,
pero a veces, no.
En el agua dulce,
bajo el quitasol,
un pez de a mentiras
canta esta canción:
“En el agua clara
pesca un pescador
cuentos de a mentiras
que imagino yo”.

Becky Rubinstein F. (1948)


Pez loro

Silabario verde
en el mar azul:
perico del agua,
nadie como tú.
Loro bullanguero
del agua hablantín,
me tienes mareado:
con tu maldecir.
Es escandaloso
charla charlatán,
ya vienen las olas
contigo a charlar.

Becky Rubinstein (1948)
Peces de a mentiras.
Ilustraciones de
Esther Guinzberg.
Ediciones Del Lirio,
México, 2020.

Sábado

De funerales

Hoy asistí al entierro de un amigo. Me divertí poco, pues el panegirista estuvo muy torpe. Hasta parecía emocionado. Es inquietante el rumbo que lleva la oratoria fúnebre. En nuestros días se adereza un panegírico con lugares comunes sobre la muerte y ¡cosa increíble y absurda! con alabanzas para el difunto. El orador es casi siempre el mejor amigo del muerto. Es decir, un sujeto compungido y tembloroso que nos mueve a risa con sus expresiones sinceras y sus afectos incomprensibles. Lo menos importante en un funeral es el pobre hombre que va en el ataúd. Y mientras las gentes no acepten estas ideas, continuaremos yendo a los entierros con tan pocas probabilidades de divertirnos como en un teatro.

Julio Torri (1889-1970)


El descubridor

A semejanza del minero es el escritor: explota cada intuición como una cantera. A menudo dejará la dura faena pronto, pues la veta no es profunda. Otras veces dará con rico yacimiento del mejor metal, del oro más esmerado. ¡Qué penoso espectáculo cuando seguimos ocupándonos en un manto que acabó ha mucho! En cambio, ¡qué fuerza la del pensador que no llega ávidamente hasta colegir la última conclusión posible de su verdad, esterilizándola; sino que se complace en mostrarnos que es ante todo un descubridor de filones y no mísero barretero al servicio de codiciosos accionistas!

Julio Torri (1889-1970)
Material de Lectura,
Serie Cuento Contemporáneo 39.
Selección y nota introductoria de Beatriz Espejo.
UNAM, México, 2013.

Domingo

[Nota 3: Después de tanto andar a solas sobre arena, después de los cuchillos que guardo en el cajón de las cosas olvidadas, allí donde se ocultan escarabajos amarillos y la ceniza de incendios memorables, el olor de la canela y el jengibre. Sólo toparse con la guerra en cada bocacalle, y nadie para leer los asientos del café por la mañana.]

[Nota 4: En un bajel de fuego atraviesa el ojo de metal de un tigre negro. Éstas son las últimas palabras del oráculo. El eco reproduce la música terrible de las balas y la voz de los desastres. Después les damos cristiana sepultura, nos ponemos a pelar cebollas y a deshojar extrañas margaritas rojas.]

Las notas 1 y 2 aparecieron el 25 de julio de 2020.

Norberto de la Torre (1947)
Las horas frágiles.
Torres Blásquez /Salta P’atrás
San Luis Potosí, 2018.


Comparte esta noticia

La publicación de este sitio electrónico es posible gracias al apoyo de:

Donceles #66,
Centro Histórico,
alcaldía Cuauhtémoc,
Ciudad de México,
06010.

(+52)55 5208 2526
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. 

® 2024 Academia Mexicana de la Lengua