Poema del día

Siete poemas para esta semana. Selección de Felipe Garrido

Domingo, 10 de Marzo de 2019
Por: Felipe Garrido

Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria.

Lunes

A la espera de la oscuridad

a Clara Silva

Ese instante que no se olvida
Tan vacío devuelto por las sombras
Tan vacío rechazado por los relojes
Ese pobre instante adoptado por mi ternura
Desnudo desnudo de sangre de alas
Sin ojos para recordar angustias de antaño
Sin labios para recoger el zumo de las violencias
Perdidas en el canto d los helados campanarios
Ampáralo niña ciega de alma
Ponle tus cabellos escarchados por el fuego
Abrázalo pequeña estatua de terror
Señálale el mundo convulsionado a tus pies
A tus pies donde mueren las golondrinas
Tiritantes de pavor frente al futuro
Dile que los suspiros del mar
Humedecen las únicas palabras
Por las que vale vivir
Pero ese instante sudoroso de nada
Acurrucado en la cueva del destino
Sin manos para decir nunca
Sin manos para regalar mariposas
A los niños muertos

Alejandra Pizarnik (1936-1972)
Material de lectura. Poesía moderna. 93
Prólogo y selección de
Miguel Ángel Flores
UNAM, México, s/f

Martes

Reliquia

a mis amigos los redactores y dibujantes
de la Revista Moderna de México

Me llevé el deslumbramiento
De tu blanquísima tez
Y en mis manos voluptuosas
La sensación de tu piel,
Y recordaba tu imagen,
Acordándome también
De las liras, de las ánforas
Y de las alas, tal vez,
Porque remedan contornos
Y gálibos de mujer,
Y en la noche saturada
De tu memoria, soñé
Que era un escultor de Atenas,
Y que estaba en mi taller
Lleno de hermosas estatuas
Del Arte y la Forma prez,
Y que tú estabas desnuda
Y mi labio era un cincel,
Y que pulía tu cuerpo
Muriéndome de placer
Desde tu bendita frente
Hasta tus divinos pies.

Efrén Rebolledo (1877-1929)
Material de lectura. Poesía moderna. 46
Selección y nota introductoria de
Guillermo Sheridan
UNAM, México, 1988

Miércoles

Difícil

Volver es una cosa, otra escribirlo
en las horas hostiles que desfilan con mazas de piedra.
Qué guapas son, y qué brutas.
El sur agita gallardetes en jirones,
barco encallado en el coral azul del día.
Los volcanes, las cosas celando un espacio dudoso;
y la vida que se retuerce aquí mismo
es un naranjo extraño.
Un ídolo de madera baja el Dniéper revuelto;
cruza el ramarro –relámpago– el camino.
Chocan en esta l-inea. ¿Y bien?
Aquel que amó, ¿ame mañana?
Las doce.
El sol pone el mantel en la montaña
donde una nube llega, se demora,
sucia de ser humano.

Inédito (1979)

Gerardo Deniz (1934-2014)
Material de lectura. Poesía moderna. 107
Selección y nota de
Pablo Mora
UNAM, México, 1984

Jueves

Háblame…

Háblame de la noche que la luz aleja
sus encendidas jadeantes satisfacciones
Perfumes en la oscuridad Tierras mojadas
Una mujer por la calle
y, en secreto, Reuniones
Háblame de la noche que esta ciudad enciende
Del miedo
Luz eléctrica destiñendo papel
Háblame de la noche
que la luz aleja
de mí
todo deseo.

Francesca Gargallo (1956)
A manera de retrato una mujer cruza la calle
UAM, México, 1990

Viernes

De otro fue la palabra
–antes que mía

De otro fue la palabra –antes que mía–
que es el espejo de esta sombra, y siente
su ruido, a este silencio, transparente,
su realidad, a esta fantasía.
Es en mi boca su substancia, fría,
dura, distante de la voz y ausente,
habitada por otra diferente,
la forma de una sensación vacía.
Al fin es la que hoy, obscura y vaga,
otra prolonga en mí, que no se apaga,
sino igual a sí misma oye su sombra
al hallarla en el ruido que la nombra
y en el oído hace crecer su hueco
más profundo cavándose en el eco.

Jorge Cuesta (1904-1942)
Material de lectura. Poesía moderna. 12
Selección y nota de
Adolfo Castañón
UNAM, México, 1986

Sábado

La casa

Paciente viuda negra en la red
que atesora el error del trapecista.
Sitio de los espejos cóncavos.
No deja que te marches.
Cuando logras escapar de la urna de vidrio
ya impregnó en tus pulmones un rumor de aguacero
y en tus ojos
ese reflejo azul de los que mueren
sin volver al mar.
La casa no tiene paradero
ni llaves
ni postigos.
Es un ángel de la guarda
con colmillos de lobo.

Malva Flores (1961)
Figuras a contraluz
Premio de Poesía Joven
de México Elías Nandino, 1991
Joaquín Mortiz, México, 1991

Domingo

Cuando las golondrinas vuelvan a tu balcón

Cuando nazcan los zorritos y los renacuajos,
la mariposa macho baile delante de la hembra,
y los Martín pescadores junten sus picos,
y se haga más larga la luz, y crezcan los ovarios,
las golondrinas volverán del sur…
¿Volverán del sur? “Las obscuras golondrinas”,
las que volaron en septiembre al África del Norte
cubriendo los alambres del telégrafo,
ensombreciendo las tardes,
llenando el cielo de voces,
ésas no volverán.
Y las anguilas que bajaron por los ríos de África
hasta llegar al Mar de los Sargazos
a celebrar sus nupcias con trajes de boda plateados
como las damas de la corte del Rey Don Juan:
¿qué se ficieron? ¿Los palolos de los mares del Sur
que suben a la superficie a su fiesta de la fecundación
en el plenilunio de noviembre
y se hunden otra vez en el mar y no vuelven?
¿Y las doradas Catopsilias ataviadas como la Reina Thi
que emigran en otoño al nornoroeste
dejando atrás el néctar, las flores y la cópula,
y adelante sólo tienen las olas, la sal, la soledad del mar
y la muerte (el nornoroeste)
pero su dirección es siempre N.N.O.?
Cuando las golondrinas vuelvan a tu balcón
el año próximo, y cuando yo ya no esté aquí,
¿te acordarás de mí?

Ernesto Cardenal (1925-2019)
La Palabra y el Hombre, 15, IV, 1960
Universidad Veracruzana, Xalapa


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