Poema del día

Siete poemas para esta semana. Selección de Felipe Garrido

Lunes, 09 de Noviembre de 2020
Por: Felipe Garrido

Un poema al día, para que quienes puedan se lo pongan encima y lo atesoren en la memoria

 

Lunes

Estudio

A Pedro Henríquez Ureña

Jugaré con las casas de Curazao,
pondré el mar a la izquierda
y haré más puentes movedizos.
¡Lo que diga el poeta!
Estamos en Holanda y en América
y es una isla de juguetería,
con decretos de reina
y ventanas y puertas de alegría.
Con las cuerdas de la lira
y los pañuelos del viaje,
haremos velas para los botes
que no van a ninguna parte.
La casa de gobierno es demasiado pequeña
para una familia holandesa.
Por la tarde vendrá Claude Monet
a comer cosas azules y eléctricas.
Y por esa callejuela sospechosa
haremos pasar la Ronda de Rembrandt.
…pásame el puerto de Curazao!
isla de juguetería,
con decretos de reina
y ventanas y puertas de alegría.

Carlos Pellicer (1897-1977)
Colores en el mar y otros poemas.
Grabados de Roberto Montenegro.
Cultura, México, 1921

Martes

Poema de las calaveras

Las calaveras vienen y me rodean.
Abren a puntapiés las puertas de mi casa
y se instalan en lugares secretos
y nocturnos.
Las sombras, me dicen,
nos han vuelto sabias.
Son calaveras mías,
amadas y lustrosas
que habitan en mis sueños.
Día a día me enseñan que la vida no se repite,
que la muerte no es un rostro, sino una máscara.
Hay calaveras que se despiertan
y cantan
antes de volver a su estado de huesos;
hay otras que se han cansado de ser calaveras
y hoy quieren ser balas o jarrones.
Otras hay que resplandecen,
pero en sus cuencas no hay brillos sino furias.
La calavera de Pessoa es un jardín,
sopla un saxofón de barro o de metal.
Nadie sabe dónde está la calavera de Dalton,
pero de seguro ha de tener una sonrisa en el pómulo.
Son calaveras mías,
amadas y lustrosas,
que habitan en mis sueños.
Sin embargo,
cuando escribo,
bajan a mis manos
como palabras.

José González (1953)
El ladrido de los pájaros…
Selección de Francisco José Cruz.
Col. Palimpsesto, Carmona-Sevilla, 2020

Miércoles

El retorno maléfico

A D. Ignacio I. Gastélum

Mejor será no regresar al pueblo,
al edén subvertido que se calla
en la mutilación de la metralla.
Hasta los fresnos mancos,
los dignatarios de cúpula oronda,
han de rodar las quejas de la torre
acribillada en los vientos de fronda.
Y la fusilería grabó en la cal
de todas las paredes
de la aldea espectral,
negros y aciagos mapas,
porque en ellos leyese el hijo pródigo
al volver a su umbral
en un anochecer de maleficio,
a la luz de petróleo de una mecha
su esperanza deshecha.
Cuando la tosca llave enmohecida
tuerza la chirriante cerradura,
en la añeja clausura
del zaguán, los dos púdicos
medallones de yeso
entornando los párpados narcóticos,
se mirarán y se dirán: “¿Qué es eso?”
Y yo entraré con pies advenedizos
hasta el patio agorero
en que hay un brocal ensimismado,
con un cubo de cuero
goteando su gota categórica
como un estribillo plañidero.
Si el sol inexorable, alegre y tónico,
hace hervir a las fuentes catecúmenas
en que bañábase mi sueño crónico;
si se afana la hormiga;
si en los techos resuena y se fatiga
de los buches de tórtola el reclamo
que entre las telarañas zumba y zumba;
mi sed de amar será como una argolla
empotrada en la losa de una tumba.
Las golondrinas nuevas, renovando
con sus noveles picos alfareros
los nidos tempraneros;
bajo el ópalo insigne
de los atardeceres monacales,
el lloro de recientes recentales
por la ubérrima ubre prohibida
de la vaca, rumiante y faraónica,
que al párvulo intimida;
campanario de timbre novedoso;
remozados altares;
el amor amoroso
de las parejas pares;
noviazgos de muchachas
frescas y humildes, como humildes coles,
y que la mano dan por el postigo
a la luz de dramáticos faroles;
alguna señorita
que canta en algún patio
alguna vieja aria;
el gendarme que pita…
… Y una íntima tristeza reaccionaria.

Ramón López Velarde (1888-1921)
Obras.
Compilador, José Luis Martínez.
FCE, México, 1990.

Jueves

Los ancianos durmiendo

Conoceréis la muerte
por las bocas vacías de los viejos
que duermen a deshora.
El sueño se los lleva a la frontera,
sus ojos se van alto y se van lejos,
sus manos moteadas cogen fuerte
el hilo transparente de la vida:
lo poco de futuro,
los mares de momentos del pasado.
Estaréis en los trenes,
donde el sueño es un don de los incautos,
y hablarán de la muerte las bocas que no encajan.
Pensaréis en el hilo y en los vuestros.
Otra vez el temor,
como el veneno de un insecto antiguo,
de morir lejos o que mueran mientras.

La noche los derrota

Tras los ojos cerrados de los niños
hay visiones de muerte.
Extensas sombras en los muros blancos
y serpientes febriles.
La noche los derrota.
Oyen volar las flechas como enjambres de acero
y oyen mamá está muerta.
Palpan la cama y sienten el sepulcro.

María Martínez Bautista (1990)
Galgos.
La Bella Varsovia, Madrid, 2018.

Viernes

presente de la lluvia…

presente de la lluvia el agitado arroyo. tajante amanecer pulsa dentro del pulso, titubeo. la repentina víspera de los ciclos y la noche te invoca. soy perseguido hasta que lo borrado por la palabra logra abolirse. resonancias del perdón / se troza el obrar y su manantial asoma. alta, gris, la piedra excede su mortal arraigo.


destierra la mano…

destierra la mano palabras del cieno. eco inmemorial: repetido y humanizado en el obrar oculto de la palabra. la rosa que regala es más que la rosa / en alabanza: las heridas de lo que no puede ser herido. mortaja, el aire, temblorosa.

Gabriel Magaña (1944)
Jasaduras.
Ediciones Casa Juan Pablos / Ediciones
Sin Nombre, México, 1999

Sábado

Une aussi long absence

Esta tan larga ausencia
desde que te fuiste a Guadalajara Jal
hace ya veinticuatro horas (casi)
me ha enseñado el tamaño exacto del Infierno
(a mí, el dantesco).
Está visto que Alguien o Algo
con mucho poder confabula contra mí
ya que de tan cruel manera
te aparta de mi lado, Ángel mío,
y te coloca a 674 km de distancia.
¿Por qué te apartan de mi lado, vida mía?
¿Acaso ofendí –con mi amor– a Alguien,
al Amor, al Señor, o a Algo?
Pareciera que es así,
pero, ¿quién no lo ha hecho?
¿Por qué debo yo entonces
pagar al cash por todos?
Por lo que siento
con esta ya tan larga ausencia
es que soy la criatura
preferida del sufrimiento
(sufrimiento, lo digo para los lectores
que no saben, y que los hay, ay)
después de verte abierta
toda vertida sobre mí,
el que te ama
el que más te ha amado en esta vida.
¿Por qué entonces te llevan
a 674 km de distancia?
En verdad pienso que Allá, en las altas esferas
Alguien me odia
Si no, te hubiera mandado, cuando mucho
al otro cuarto, que ya es mucho.

Juan Carvajal (1935-2001)
Trabajos de amor.
Ediciones Sin Nombre, México, 2002

Domingo

Nocturno

Fluía la noche
En el río
Hacia donde nadie
La pueda alcanzar
El arrullo del agua
era incapaz
de conducirme al sueño.
Ella sólo sabía
del abandono,
y abandonar.
Abre la noche negra flor
Inmóvil.
Corre el agua que huye
yo le entrego mi sueño, mi ensueño,
mi despertar.
¿Y si este corazón
tan sólo fuera
piedra de río porosa
persistente
y aguerrida?

Dolores Castro (1923)
Sombra domesticada.
Parentalia, México, 2013


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