Para que una palabra sea incluida en el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, tiene que conocerse y usarse mayoritariamente en la comunidad hispanohablante, en general, o en un país o región en particular. La palabra también tiene que haber estado en uso por un periodo razonable, porque a veces las voces se ponen de moda durante algún tiempo, pero luego desaparecen o dejan de usarse. Si una palabra cumple con estos requisitos, entonces las academias de la lengua española se encargan de estudiarla y ponerla a consideración del departamento que elabora el diccionario académico en la Real Academia Española para su posible inclusión.